Como SIBERIA es conocida la zona del Estadio en la que yo me ubico y puedo dar fé de que no es un nombre gratuíto. Hoy el excelente articulista Manuel Fanlo (M.D.) nos deja un artículo sobre la asignatura pendiente de los blanquiazules...y para mañana (Copa del Rey) el tiempo amenaza frío y lluvia...si es que...
Manel Fanlo - 17/12/2007 03:00 (M.D.)
No hay lluvia, nieve, ni frío que impidan ver en el Olímpic a esos diez mil 'practicantes' que no permiten que su equipo camine solo. El pasado sábado, el cartel y el tiempo invitaban a ver el partido desde el sillón de casa, pero no. Hay, y ahí está una de las grandezas del Espanyol, gentes que necesitan estar cerca de su equipo. Oler la hierba mojada y soñar con una victoria en color blanco y azul. Ése es el espanyolismo que ha logrado hacer claudicar a los que vaticinaban la recta final de un club con 107 años de historia. Pero la fidelidad no debe estar reñida con la realidad deportiva y está claro que este equipo que logra dormir el pasado sábado en zona Champions no acaba de encontrar su forma de juego cuando actúa en Montjuïc. Pese a las bajas, importantes por supuesto, los once elegidos lograron el gol soñado cuando el rival sólo pensaba en mantener su puerta a cero. Un gol que tenía que abrir todas las puertas ofensivas para que la velada resultara de aquello más plácida. Pues no. Una vez más el Espanyol no supo o no pudo, rematar un partido que no llegó a complicarse porque el rival, el Levante, sí dejó muy claro por qué está el último y destacado en la clasificación. Es difícil, y aún más a los que no vivimos en el banquillo, averiguar cómo un equipo temible en los desplazamientos sufre para lograr la victoria en campo propio. A excepción del partido frente al Real Madrid y la segunda parte ante el Barcelona, el Espanyol no ha logrado imponer su ley, su juego o su estilo, llámenle como quieran, ante rivales que andan muy por debajo en la clasificación. El año termina. En el Vicente Calderón todos esperamos ver al Espanyol 'viajero'. Al que a veces le sobran diez minutos, pero que por juego y oportunidades apabulla a su rival. Puntuar en Madrid puede empezar a colocar la alfombra roja para entrar con buen pie en el 2008. Hay equipo, hay afición y quizás lo más importante es que los unos y los otros ya se creen que puedenhacer algo grande. Pero para lograr el objetivo la montaña de Montjuïc deberá volver a ser mágica y no rusa
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