domingo, 14 de octubre de 2007

Hay quien no quiere una Catalunya plural

Segun las noticias que se expanden con velocidad de vertigo, desde Frankfurt...un presidente de un club de futbol barcelones ( con larga tradición en eliminar competidores en diversas modalidades deportivas), tiene en mente montar una carpa plena de lucecitas de colores sobre un campo que no es suyo, sino de sus asociados y ademas constituir una Republica Cule Independiente (?). Sin valorar que resultados puede conllevar para el club, dedicarse al pensamiento unico y perder miles de seguidores de allande las fronteras de la mentada Republica, he recuperado un articulo del periodista Enric Sopena que estimo interesante a dia de hoy, sobre todo porque no es de ahora.Asi dice:

ENRIC SOPENA.Periodista

El Espanyol de Montjuic


El R.C.D. Espanyol jugará a partir de ahora en el Estadio de Montjuic, resucitado de sus gloriosas Calizas hasta transformarse en el principal símbolo de los JJOO más sobresalientes de la época actual. El recinto deportivo de Montjuic se había convertido en una reliquia vetusta, inservible. Pero los cerebros rectores de unos juegos que modificaron la ciudad de forma esplendida y que la lanzaron espectacularmente por todo el mundo, con resultados que están a la vista de todos, salvo de los ruines, o de quienes se dedican al desprestigio de P. Maragall por razones de carácter mezquino/partidista, acertaron, sin duda, en la apuesta de renovar el Estadio de Montjuic.
Pues bien, en alguna medida, la antorcha de aquel fascinante verano del 92 ha Pasado a manos del Espanyol. No podia este club futbolístico haber tenido mayor fortuna, tras su larga, angosta e inquietante travesía por el desierto de todas las crisís. Asociar el nombre del Espanyol a Montjuic no es, como ciertos nostálgicos sín visíón de futuro pregonan, una desgracia. El nuevo presidente de la entidad, Daniel Sánchez Lliure, dispone de una oportunidad irrepetible a medio plazo a fin de hacer del Espanyol un club que termine de una vez por todas con el síndrome del patito feo. El Espanyol ha de liquidar, por lo demás, determinados vestigios resíduales que contribuyen a proyectarlo a veces con perfiles ultramontanos. El Espanyol está asimismo en condiciones de llevar adelante un empeño sugestivo: el de reforzar el pluralismo evitando la identificación, tan obsesiva como peligrosa, del Barça con Catalunya. Catalunya es mucho más que el Barça, aunque el Barça haya sído, o siga siendo sí se quiere, más que un club. Mucha gente blaugrana, alérgica a la irracionalidad de los fundamentalismos, puede perfectamente compartir estos buenos deseos respecto al nuevo Espanyol. El Espanyol de Montjuic.

(domingo 17.08.97-El Periodico)

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