viernes, 24 de abril de 2009

La perica es la racha buena



Y no la del Sporting: cinco partidos sin ganar.
Nené, Román y Callejón, goleadores.
El Espanyol, a un punto de la salvación.




Tomás Guasch | 24/04/2009 "AS"

Al Espanyol le salen los números; al Sporting (cinco partidos sin ganar) se le complican después del 0-3 de ayer. Triunfo catalán indiscutible, pero también palo exagerado (expulsión de Barral inclusive) para el equipo de Preciado que estuvo metido en el partido hasta que en dos minutos, trágicos para ellos y celestiales para los pericos, el marcador se disparó por los goles de Román (que había salido por De la Peña, con gasolina para una horita) y Callejón, que recordó que él es delantero centro y no un fajador por la derecha. El ariete del futuro blanquiazul, por más señas.

Por partes. El Sporting está blandito atrás. En realidad son dos equipos en uno. De mediocampo arriba se maneja bien. Lo prueba que generó no menos de cinco jugadas que pudieron acabar en gol de no mediar Kameni. O si Neru acierta con la portería cuando se adelantó a la zaga españolista. O si el tirazo de Diego Castro no se pierde junto al palo.

No hubiese sido injusto que el partido se hubiera puesto 1-1 en un momento dado, que diría Cruyff. Porque tras una salida a por uvas de su rival, el Sporting equilibró, recibió el primer tanto (preciosa volea de Nené) pero tuvo arrestos para irse arriba y rondar el empate. Su magnífico-fabulosa afición hizo todo por ayudar a su equipo y, oigan, si en esto hay justicia, su Sporting se salvará. El problema es que justicia en el fútbol... Que se lo pregunten a los del Recre y el segundo gol del Villarreal ayer.

Era un partido de nervios, de esos que valen siete puntos: los tres que tú ganas, los tres que no gana el rival y el average. El Espanyol, que va para arriba, fue mejor. Sobre todo a la hora de definir y porque lo buscó: tras consultar con la almohada Pochettino salió con todo lo que tiene arriba, incluido De la Peña. Este de perdidos, al río acostumbra a funcionar. Y así fue porque el equipo empezó a creer tras ganarle al Depor y porque abrió el marcador. Detalle fundamental cuando vives en el alambre. Te espabila las ideas, te agiliza las piernas...

Todo lo contrario la sucede a quien lo encaja. Preciado buscó aire con dos cambios en el descanso y salieron apretando. El Espanyol supo defenderse pues ha dejado de ser una feria atrás, y recuperó al mejor Luis García, que esa es otra. No marcó, pero en su primer partido profesional en tierra asturiana dio un curso de bien jugar, intervino en dos goles y dejó claro que su recuperación es casi total. Le falta eso, el golito. Ya llegará.

El partido enfilaba su recta final con la espadas en alto, pero con una mayor preocupación en las caras sportinguistas cuando se rompió. Desde una visita a La Romareda el 9 de diciembre de 2007 no metía tres goles fuera el Espanyol: entonces le valió sólo para empatar; es que siempre ha sido así de raro. Con recordarles que su último triunfo como visitante fue en el Camp Nou (1-2) comprenderán que el Sporting se enfrentaba a un rival con ramalazos alienígenas. Román, culminando una jugada de Luis García, y Callejón, que había sustituido a Tamudo revolviéndose cual Torpedo Müller dictaron sentencia. Al final, y ante la explosión de fe y cariño hacia los suyos de la marea rojiblanca, los pericos aplaudieron. También a los suyos, pocos, que le acompañaron en esta ocasión. Y es que el final de la parroquia de Manolo puso los pelos de punta.
¿Y ahora?

Pues el Sporting, al Calderón y el Espanyol, a recibir al Betis en Montjuïc... con más de media España pendiente de ellos. Con 33 puntos, los asturianos pintan la frontera de la salvacion. Con 32, los de Pochettino ocupan el tercer lugar por la cola, el que más cerca está de salir del pozo: a un puntito. Es lo que tenía este partido, que el que lo ganaba acumulaba toneladas de fe y el que caía multiplicaba por mil sus dudas. Porque el Sporting mediante no cabe el empate. Y por ahí se le está escapando la vida. 0-3. Para los pericos, ayer, Asturias fue también patria querida.

No hay comentarios: