lunes, 4 de mayo de 2009

Delirio loco en Montjuïc


Liga BBVA | Espanyol 3 - Valencia 0

Delirio loco en Montjuïc

Goles: 1-0, min.66: Román; 2-0, min.82: Pareja; 3-0, min.95: Nené.

Incidencias: partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Liga, disputado en el estadio Olímpico Lluís Companys de Montjuïc ante 34.130 espectadores, que supone la mejor entrada de la temporada.


Tomás Guasch | 04/05/2009 "AS"

Un gol por barba de tres de los fichajes españolistas de esta temporada le dieron a su equipo un triunfo vital sobre el Valencia, que fue un amigo en el delirio de Montjuïc. Abrió la lata Román 'Puskas' Martínez, con un zurdazo tremendo desde fuera del área que hubiese firmado el viejo Pancho. Después fue el turno de Pareja, de falta. También la hubiera firmado Puskas, pero fue con la derecha. La goleada la remató Nené ejecutando con maestría un penalti de Pablo Hernández a Rufete, que confirmó que la veteranía es un grado: le fue ganando terreno hasta entrar en el área y animar al joven valencianista a encimarle. Lo hizo y ¡zás! El pueblo pidió a voz en grito que el propio 'Rufo' lanzara el castigo, pero el número 1 en esos menesteres es Nené en el Espanyol... y fue para dentro. 3-0 al Valencia. No lo esperaba nadie en Montjuïc. Que el Espanyol ganara era probable, pues últimamente se ha acostumbrado a ello y la de ayer fue su cuarta victoria consecutiva. Pero con tanta claridad en el marcador, la verdad es que no.

Claro que la explicación es sencilla: el Valencia jugó fatal, plano desde el calentamiento, y el Espanyol mucho mejor, arriba sobre todo. No tuvo el Valencia chispa en el planteamiento de Emery (Baraja y Marchena no crearon nada ante el impecable Moisés y cía y tardó en mover ficha) y ninguna de sus figuras apareció en la tarde de Barcelona. Muy al final Villa obligó a Kameni a estirarse. Pero ni él fue el Guaje ni Silva ni Mata los que son. Ni Joaquín. Y si todo eso se junta...

Influyó en el mal partido che la exquisita atención que puso todo el Espanyol en el partido. Respetaba como merecía a su rival y se aplicó desde el primer momento a no cometer errores. Lo logró siempre. En una primera parte discreta, sin más chispazos que uno de Luis García y otro de Villa, y después apretando las clavijas a un adversario que jugó al tran-tran, en plan partido de fin de curso. El caso es que se jugaba tres puntos de Champions: no entendí lo suyo, tan previsible todo, tan presa cómoda para un Espanyol que había avisado de que es otro. Desde que Román le adelantó, nadie dudó en el estadio que se llevaría el triunfo.
38 y tal.

Estuvieron los pericos más enchufados y su gente volvió a llevarles en volandas. Su necesidad era mayor y la ocasión la pintaban calva. Por cierto: De la Peña estuvo muy bien. 38 puntos suman ya, cuatro por encima del descenso. Al Valencia le toca recuperar el sábado ante el Madrid lo que perdió ayer: todo.

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