lunes, 1 de junio de 2009

Liga BBVA | Espanyol 3 - Málaga 0


Tamudo: ¡viva tu madre!

Firmó su primer 'hat' trick' en el adiós a Montjuïc






Tomás Guasch | 01/06/2009 "AS"

Durmió agitadillo y se levantó inquieto. El estómago le crujió más de una vez con esos latigazos que todos hemos sufrido alguna vez: antes de un examen serio, cuando te atreves a preguntarle a tu chica aquello de ¿estudias o trabajas? Esos momentos. Era un día especialísimo para él y para todo el españolismo del que fue, es y será santo y seña. Era el último día en Montjuïc, él está decidiendo si se va a Grecia (tiene un año más de contrato y una gran oferta del Panathinaikos), otros muchos de sus compañeros no tienen el futuro claro: Kameni dijo adiós al final del partido con un aire de punto final, De la Peña tampoco lo tiene claro... Quedaban por delante 90 minutos tranquilos en lo clasificatorio, pero intensísimos en lo personal.

Comió lo justo y después se vistió despacio porque tenía prisa. Prisa para firmar otra de sus grandes faenas en plan ahí queda eso. En su quizá último partido perico anotó el primer 'hat trick' de su carrera, lo que le permitió acabar como máximo goleador de su equipo con seis tantos. Ha estado casi tres meses lesionado, conste eso. Tres goles y a Arnau, de corazón barcelonista mientras Montjuïc levitaba porque sabe que pasarán años, quizá lustros, para que la cantera de su equipo le regale un futbolista como este. El de aquel polvo de siglo en el Camp Nou, el de otros polvos en las finales de Copa ganadas y siempre que su Espanyol necesitó que le echara una mano. Esos tres goles le sitúan con 129 en la Liga, el máximo goleador catalán vivo y segundo en la historia tras los 132 que el desaparecido Joaquín Murillo firmó en Valladolid y Zaragoza. 'Hat Tamudo'. Era su tarde y acudió a la cita. Sin derramar una lágrima, lo que le debió costar más que todos y cada uno de esos 129 tantos. Raúl Tamudo Montero: ¡viva la madre que te parió, o sea la Paqui! Y tu señor padre.

Total, que esos tres goles fueron los tres chispazos de un partido amable que el Málaga entendió desde el primer momento: llegaba de invitado a una fiesta de despedida y cumplió con su papel. Con decirles que cuando más cerca tuvo el gol fue a disparo de Luque, un ex españolista, está todo explicado. Fue un Málaga de rebajas y que acabó su estancia en Barcelona con el anuncio de Antonio Tapia de que deja el equipo. Para mí, lo peor de la tarde en clave malaguista: me da que no se le ha hecho justicia en su club y el hombre coge la puerta para abrírsela a Muñiz, que parece que está llegando.
Pues adiós.

Fue después de una tarde con todas las cargas emotivas del mundo entre dos equipos que llegaron salvados, su primer objetivo del año. El Málaga lo hizo con mayor holgura; el Espanyol, el domingo en Almería. Su gente pide poco: no sufrir más. ¿Será posible?

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