Hasta hace cuatro días 'Tintín' Márquez se metía en los rondos del entrenamiento con los que a partir del próximo 10 de julio serán sus jugadores, a los que tendrá que mandar. A Márquez, un hombre de casa, le ha llegado la oportunidad de ser el primer entrenador del Espanyol. Y sería deseable que desde todos los estamentos le hicieran costado, a él y a su equipo de colaboradores, porque van a necesitar de ayuda en una temporada muy importante para el Espanyol. La de la transición a la nueva casa de Cornellà-El Prat, en la que el club intenta que todo salga a pedir de boca. Con una economía que aprieta, tras pasar un año con final impensado, estaría bien que ni a Márquez ni al plantel se le exigieran grandes logros. La experiencia de la temporada que acabó debería abrir los ojos a todos, pisar con los pies en el suelo y reflexionar sobre la dimensión exacta del Espanyol. Lo que no significa renunciar a nada en base al máximo esfuerzo. Eso sí es exigible en todos
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