Noche de Reyes
Hay tres noches al año que, por interés general en no querer futbol, debería estar prohibido jugar: el 24 de diciembre, el 31 de diciembre y el 5 de enero. Son fechas que, a nivel de liga española, mayoritariamente la gente tiene aunque sea por una noche otras preferencias. La Nochebuena no es una celebración catalana y en cambio sí la de la verbena de San Juan, el 23 de junio, donde se programó la última final de Copa y si la llega a jugar el Barça o el Espanyol tampoco hubiera pasado nada porque, en el contexto de la competición, es una celebración localizada.
Teóricamente por Navidad y entendamos por Navidad futbolística la que va del 24 de diciembre al 2 de enero, la Asociación de futbolistas españoles (AFE) que es este colectivo que tiene como presidente a un señor sin cara y sin voz porque nadie lo ve y nadie lo oye, ejerce una presión mezquina para que en estas fechas ni se juegue ni se entrene. Esta AFE que ejerce de sindicato de empresarios multimillonarios jamás ha permitido que el 26 de diciembre (fecha festiva en Catalunya) se juegue una jornada de liga como por ejemplo sí pasa en la ACB (menos multitudinaria, más profesional) o en Inglaterra con un resultante espléndido para los clubs (pabellones o estadios a reventar con familias enteras en las gradas). Como jugar el día 1 de enero, que sí sucede también en la Premier League, donde saben que esos maravillosos privilegiados no viven la Nochevieja como el resto de seres humanos, igual que sus nóminas tampoco son equiparables a la del resto de seres humanos. En la liga española preferimos jugar la noche de Reyes. Los que no sean padres ni entenderán ni querrán entender este artículo. Se lo pueden saltar. La mayoría que lo sean compartirán lo que significa de repugnante que, al mismo tiempo que las criaturas (y ésa es su única noche que, a la vez, es la nuestra) disfrutan de ver, creer, alucinar viendo a los tres Eeyes, se está jugando un partido de liga de 'tu'/'su' equipo. Por tantoes una lotería cuando salen los horarios de la jornada del 5 de enero. Y este año ha caído el Niño, y nunca mejor dicho, en Barcelona, Mallorca y Villarreal donde o la Cabalgata o la Liga, una de los dos, pasará de largo por las casas. Esta insensibilidad manifiesta por todo el futbol español (todo es todo), aumentada por la jornada de Copa de ayer que no interesa ni a Dios, ni a Jesús, ni a la vaca, ni al burro, ni al Espíritu Santo, deja con el culo al aire aquello que inventó el ex ministro Álvarez Cascos de la ley televisiva del 'interés general'. Que se lo confiten. El interés general por Navidad también llega la noche de Reyes donde, por un día, ni los futbolistas ni su mundo lo son
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